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Una Sonrisa que

...ya no puedo cambiar lo que me pasa, yo no puedo modificar nuestra alianza. Ya no puedo regresar a lo que fue ignorando sabiendo lo que se. Ya no puedo volver a dar un paso atrás, ni tocar la puerta de dónde tú estás. Yo no puedo tener la incertidumbre, la "sin certeza" de volver a respirar; la sinfonía de mirarme cada día, sin ocuparme de sentir que se me va. Yo no puedo evitar estar más cerca de regresar a casa a donde van todos los que han venido y que regresan... hemos cambiado igual que este mundo real. Ya no es posible -así- querernos como antes, ya no puedo sentirte natural. No, no, no, no... No es porque esté desesperado por un amor que me ha olvidado. ni es porque aún no te decidas a acompañarme por esta vida. No, no, no, no...  no es porque te fuiste con otro, no es porque espero que te quedes. No es porque el desengaño vino, no es porque quiera que regreses. No, no, no, no.  No es porque me dejes tirado, en un altar desesperado. No es p

Y la tinta fluye sola

Algunos comienzan a llenar el espacio vacío, confundiendo a la necesidad de romper el pánico escénico de la hoja en blanco. Y la hoja en blanco se echa a perder al configurar efímeros trazos insignificantes... pero se reconcilia; ruptura y reconciliación, desastre y asunción. Cómo le pesa el lomo al cuadernillo al que pertenece  la hoja ahora reconciliada. El sentirse echado a perder por la tinta que fluye sobre ella... la perdona y se reconcilia. Cómo le pesa al cómplice material de la tinta que se vierte; vertirse cuando ha echado a perder lo que tanto quiere y que ahora transita por la hoja ya reconciliada. Transita por la vibración sonora, como campana danzante, del desahogo que ahora le cambia el semblante. El ataque de la lanza fue directo y certero; certero y consciente. No puede mentirse, aunque se muestre renuente. La letra fluye sola sin saber lo que digo... Otro ser más, uno más, transita entre el pensamiento y la emoción; desgastando la ilusión y mermando a

Y si digo que hoy me he enterado

Qué por fin has regresado, ¡estoy mintiendo! Sentí el avión en el que llegaste cuando pasaba por mis rumbos. Sentí el vuelo llegar y tu arribo... y lo demás Bueno, lo demás no importa mucho si no es conmigo. Cuando un día antes llamé a la oficina en donde trabajabas y me dijeron que no te habías presentado. Pregunté si habías renunciado y creí que nunca volverías. Pero hoy, hoy he confirmado tu regreso Qué sordos podemos ser a nuestra intuición, ¿No te parece? No tienes idea de cómo he hecho guerra conmigo para llamarte...  y sobretodo escucharte... Vibré, temblaron hasta mis huesos, me excite hasta el cansancio y finalmente no lo hice. Algo en mí logró convencerme: "vamos si ella está interesada, ya llamará" -me repetía. Cedí y esperé algo ansioso el intermitente "ring, ring, ring" nocturno y me recriminé por la falta de contestador. Insisto: ¡Que sordos podemos portarnos con nuestra intuición. Esa noche te llamé para encontrarte tibia y so

Por fin pude hacerlo (cuento)

Por la mañana no pude empatar tiempos así que decidí regresar a las 14:30 hrs. El reinicio de a la actividad se aplazó un día más y regresé al centro de la Roma... ya no había fichas para atención. 15:30 hrs... ¡Caray! ya no llego a pagar el gas ni el teléfono... Se me ocurre llamar al "centro sur"... ocupado, ocupado, ocupado. Camino un rato, llamo de nuevo... ¡ocupado! Camino, llamo y... ¡ocupado! Por fin contestan, me entero que tengo una hora y media para llegar y que no necesito ficha... y corro, corro, corro; corro tan rápido como casi la milésima parte de la velocidad de mi mente. ¡Cielos! si tan solo se me hubiera ocurrido llamar tan solo cinco minutos antes, seguro vendría acompañado por el par de veinteañeras que tampoco alcanzaron ficha para hoy y decidieron esperar hasta el lunes...¡¿El lunes!? No, no, no, no ¡imposible! y corro, corro, corro aún mas rápido. ¡Cómo estoy sensible al flujo sanguíneo por mis venas!... finalmente llego. ¡Wow! parece aband

Y la vida comienza al borde del ocaso.

Y el mundo está a menos de dos horas de morir una vez mas, el fin es inevitable... Aunque el horario de verano nos de una hora de más de día al día... al final el ocaso siempre llega. Como siempre el juicio final llegará; lo curioso es que hoy se me ha ocurrido adelantarlo y lo siento en este momento, justo un par de horas antes del ocaso natural. La pesadez del aire que respiro -mas o menos limpio- encorva mi columna, permitiendo así que la tristeza exhalada se reencuentre conmigo; se recicle, se intensifique. Esta tristeza vítrea que se recupera al 100% e invade -ya- todo este cuerpo que ahora ocupa todo este ser terrenal. El ocaso se acerca y yo sigo escribiendo. ¿Cuánto hace que no disfrutaba como hoy la pesadez extrema del vacío? ¿Cuánto hace que no sentía las caricias del pasto sobre mis juveniles músculos de la espalda? ¿Cuánto hace que no recordaba que puedo dejar de joderme con el "cuánto hace"? y me concentro en la sensación de pesadez, en el césped rug

Y en el último día del mes en el que partiste

Y el primer día del reinicio del volver A hacer lo que tanto me gusta. El amor lo abarca todo, sabes, El amor se va y aprehendo (con “h”) de la libertad. El amor me coquetea otra vez, regresa y aprehendo  Todavía no se qué. Apenas empiezo mañana, pero allí está,  sin importar por cuál canal se manifieste, allí está …¡No! ¡Aquí está! Una vez mas, en la vida me encuentro con la oportunidad de enamorarme Y este caudal me emociona, me vuelve a invadir, m e completa. Cómo me excita la idea de tu regreso… La junta de mañana, el pago de mis honorarios, la prueba de Elisa; La donación sanguínea, las ganas de dormir y descansar, lo fácil que todo se da, lo difícil que resulta negármelo. La excesiva actividad, la recurrente actividad, este ambiente norteño, este trago de fría beerea y ¡Ah…! Ver en Tumblr.

Y como disfruto esta inmersión

En el ejercicio de comprensión y de perdón de todos -y de todo- con los que me relaciono. Tal vez por esto siento tanta excitación al saberte planeando un viaje y al compartir tu partida. ¡Como me llena el recuerdo de esas lágrimas que no pudiste  (tal vez no quisiste)  ocultar y tu aguerrida resistencia a voltear mientras te alejabas de la máquina de rayos "X" y comenzabas la espera final. Por la noche, al igual que en ese momento, sentí que si hubiese tenido cadenas para impedir que te fueras lo hubiese hecho. El recuerdo se incrementa y se vuelca aún mas intenso, casi tan intenso como el que ahora invade mi terrenal cuerpo.: si tuviera esas cadenas para impedir que te fueras, en este momento las destrozo; las hago tan añicos para que me permitieran aferrarme a la llave que llevas en el bolso. La distancia física obligada en nuestros actuales días me ha permitido aprehender que el amor que creo (no de creer, sino de crear) y el que genero por tí y contigo, es de ta

Recostado en estancia intercerámica

Me miro en esta posición cálida, me reconozco en semicírculo.  Mi espina dorsal forma una curiosa curvatura que zigzaguea  hacia mis pies cuyas plantas forman la casi perfecta redondez de tu punto que pareciera un signo de interrogación. Así me veo -o imagino verme- y así me siento, así vivo y así no vivo. Llenos de dudas y miedos transitamos por la vida como signos de interrogación  (solo basta ver a tantos que corvan la mirada al caminar)  como la coleta interrogativa. Ya casi en vigilia me estiro y una corriente de vida transita por todo mi cuerpo, desde las yemas pedícuras hasta el extremo del copete. Esta sensación me colma, me llena; totalmente, el vello se me eriza y disfruto de esta erección matutina. El círculo dibujado por mis pies es -ahora y aquí- una esfera que cambia de extremo y se une a mi cuerpo a través del cuello . En la tarde anterior, al mirar mi imagen escurridiza en el semiclaro charco formado en el empedrado que me lleva a la casa donde duermo, recuerdo

Y esta noche estoy seguro

De que es imposible que nos miremos. Muchas veces he estado seguro de esto pero... Esta noche seguro estoy de la imposibilidad de besarnos... Igual pasamos la mayoría de las noches sin besarnos pero... Esta noche, como nunca, siento la presencia tuya al otro lado del mundo. Tu invernal estancia se abraza a mi lluvioso verano y así nuestra inevitable inconsciencia física   (¿quise decir indecencia?)  se llena con tu recuerdo húmedo y tibio... lácteo cabruno. Cómo me quiere pesar ahora la incertidumbre de tu regreso; de tu espacio vacío -mas no vacío- en nuestra almohada y miro la ventana llorar... bien podría ser la escurridiza presencia torrencial; bien podría ser que se  empatiza  con lo que ahora siento y -al escurrirse- me evita la pena de continuar pariendo lágrimas y versos. ¡Qué bendición es que las ventanas no tengan recuerdos ni sepan escribir. Ver en Tumblr.

Con tan poco papel y este tintero casi seco (variación)

Me visita un chillido que atraviesa mi cuerpo y siento que te nostalgio demasiado... ¡Flaca! Te extraño y sin embargo doy mi vida porque no estés aquí, que sigas allá... ... caminando como si la vida fuera este último pequeño trozo de papel y tú, esta antaña pluma fuente que ágil y segura acaricia la casi totalidad del breve espacio de mi reciente recibo de cajero automático que, al voltear, dejo de escribir. Ver en Tumblr.

La presión del breve espacio

... en donde no te encuentro se intensifica; como la avioletada luz del breve espacio que opaca la magnetizada música ambiental y da paso al intérprete de canciones cubanas, urbanas, buenas y viejas... y permanentes. Silvio, Pablo y -bueno, hasta un poco de Sabina- la reconstrucción de tí en el breve espacio entre el logosímbolo bancario y el final del papel donde aparece en azabaches líneas significantes la pesadez de tu ausencia: fuerte, acelerada, tan llena de tu vaciedad; tan incomparablemente intensa como la excitación por el deseo de sentirte respirar sobre mi pecho y beberme tus sueños; como la excitación de verte cruzar la sala de arribos internacionales y escucharte sentir la añoranza de -aún no se cuántos días de lejanía- todo lo que traigo de regreso y entre todo (tal vez, sobretodo) el deseo de volverte sentirnos abrazados. Y recordarte y saberte tan plenamente dentro de la vida de éste que ya no encuentra mas espacio para continuar escribiendo en un espacio reducido a