A tí, Amiga Mía
...te quisiera recordar Esas noches, aquellos días en que solíamos jugar todos juntos a las escondidas, disfrutando de las alegrías que nos regaló un poquito de amistad. Recuerdo con cierto detalle, que solíamos reñir al recorrer los caminos de dulces juegos de niños: cebollitas, los listones o el baseball. Infantiles momentos llenos de felicidad, compartimos varios cuentos de ilusión y soledad. Mas recuerda, amiga mía, que jamás hubo agonía por la escasa y tan ansiada libertad. Qué decir de aquellas tardes en que nos oyó la ciudad emitir nuestros cantares y en una cinta grabar un absurdo radiocuento que nos permitió el momento de ser grandes, inmortales, libres ya. Y resulta, amiga mía, que llegó el tiempo de amar de buscar feliz tu vía, de comenzar a intentar el inicio de tu vida; el destino que hoy en día ya es perpetuo, ya es eterno frente al altar. Te deseo, amiga mía, gozo y felicidad al lado de tu esposo y de los que venga