Y en mi cama recostado
Otra vez, una vez mas, boca abajo; recargando mi vientre en esta almohada que ya no se si todavía huele a tí o si es que nuestro aroma es tan parecido a un nosotros. Prendo un cigarrillo y la sensibilidad cede un poco. Vargas Llosa no fue hoy tan imprudente como para evitar que las líneas se conviertan -poco a poco- en una concatenación de signos aislados e insignificantes; en una rutina sin continuidad, sin sentido. Una vez mas libro mi batalla contra el viento que se cuela por la ausencia de ese vidrio que no es y que insiste (el viento) en descubrir un translúcido espacio por donde -a lo lejos- se vislumbra el poniente... Creo que no tienes idea de lo que digo... yo si; creo también que me basta. Otra vez -una vez más- el macho siamés insiste en conseguir de su gata lo que ella decide no darle, no ahora; no mas. Y maúlla y se retuerce (mi tímpano izquierdo) se retuerce y maúlla (el siamés). Me veo obligado a extraer de mi recuerdo ese sentimiento amargo y filoso con el que