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Sabineando...

EL HOMBRE DEL TRAJE GRIS... Algunas culturas en el mundo occidental moderno lo conciben como "el último de los siete"; para diversos miembros de otras es el primero de la semana o el día de descanso, el de asueto, el del encuentro con Dios.  El domingo, el de la angustia pre laboral. Para mí no es mas que una rotación mas del globo, desde la aurora hasta el ocaso, en la que se dejó sentir la magia de la belleza.  Todo empezó cuando aquella negra noche -perfumada con pachuli-, en que la ciudad pinta sus labios de neón; rendido de sueño la luz apagué cuando oí una fuerte voz que me gritaba "¡Soy del color de tu porvenir"!  En mi cama de pronto me vi despertar y siguiendo la voz del instinto, fui cambiando de dueño y de lugar. PONGAMOS QUE HABLO DE... El punzante aroma a aceite quemado que ronda por los pasillos de  mármol desliza hasta cubrir cada aliento, cada fosa, cada poro, cada pensamiento. El convoy arriba  mis ideas y las absorbe con el nunca ausente r

Y hoy me despierto con el alma cristalina

Aunque la noche de anoche me hizo recordar cuando de niño me cargaba el insomnio minutos antes de partir hacia "el otro lado", a ese viaje; a la reunión con la niña que amaba, como entiendo que ama alguien con diez años. A la aurora me incorporo, despacio porque hoy desperté deprisa. Hoy -como siempre sucede- no encuentro mejor motivo en el día que intentar llegar un poco mas temprano a la cita; tal vez sólo para no darte la oportunidad de que llegues tarde sin saberlo; tal vez para sentir vibrar mi cuerpo cuando siento que te acercas y recordar qué siento cuando te acercas. La ansiedad comienza a invadirme, desde los pies hasta el alma; desde mi alma hasta tí. Entonces genero obligaciones urgentes que cumplir, hago una o dos y me agoto la mañana para no (des) esperar el momento de encontrarnos. Continúo y sigo en el transporte público con conato de asalto y -mientras los guardias preventivos realizan el operativo- recuerdo cuando ayer me preguntaste si no había prob

Y en mi cama recostado

Otra vez, una vez mas, boca abajo; recargando mi vientre en esta almohada que ya no se si todavía huele a tí o si es que nuestro aroma es tan parecido a un nosotros. Prendo un cigarrillo y la sensibilidad cede un poco. Vargas Llosa no fue hoy tan imprudente como para evitar que las líneas se conviertan -poco a poco- en una concatenación de signos aislados e insignificantes; en una rutina sin continuidad, sin sentido. Una vez mas libro mi batalla contra el viento que se cuela por la ausencia de ese vidrio que no es y que insiste (el viento) en descubrir un translúcido espacio por donde -a lo lejos- se vislumbra el poniente... Creo que no tienes idea de lo que digo... yo si; creo también que me basta. Otra vez -una vez más- el macho siamés insiste en conseguir de su gata lo que ella decide no darle, no ahora; no mas. Y maúlla y se retuerce (mi tímpano izquierdo) se retuerce y maúlla (el siamés). Me veo obligado a extraer de mi recuerdo ese sentimiento amargo y filoso con el que

No tengo ganas

...de seguir y no sigo. Si el amigo traiciona -y no me quedan ganas- no sigo. Si en mis ancestros no hay comunicación -y no me quedan ganas- no sigo. Si esta copa me sabe mas amarga que la nostalgia, si me sabe mas indiferente que el desinterés -con el que paso en la tierra- no sigo. Si la escritura insiste en seguir tejiendo páginas -asaltada por mi deducción- no sigo. Si la razón acelera el trote -mas allá de mi intuir- no sigo. Si el proceso lógico de la solución -opaca la sensibilidad- no sigo. Si la nostalgia confiesa varios recuerdos simultáneos -y las personas dejan de ser importantes- no sigo. Si la erección insiste en mantenerse rosada -y termina y me dejan de dar ganas- no sigo. Si las fosas nasales florecen más que la laringe -que se niega a seguir cantando- no sigo. Si el recuerdo de tu boca y tu aroma fundido con el mío comienza a perder -personalidad- no sigo. Si las ganas de insistir en sentir lo que siento porque no estas conmigo -tartamudea tu

Las escucho latir y comprendo

Un día las olas se irán a buscar al son del viento. ¡Qué débil es la vida! ¡Qué decidido es el impulso! Alejarse rítmicamente en un sórdido viaje nocturno, con mi vaso lleno de sombras, la carne ansiosa y un adiós a todo lo que amo. Un día las olas se irán y regresarán                      Re-Don-Das...  todo ardor, toda melodía con el viento prisionero. Un día también quisiera volver asido de los jugos del mar a tu boca perfumada de tí Sal-Pi-Ca-Da de luz Sin voz Sin maquillaje Sin risas dibujadas. Lágrimas humedecen el rostro sorprendido ¡el deshielo del amor cristalizado es lento ...pero gotea! Ver en Tumblr. 

Me he dado cuenta de que miento

...cuando digo que digo todo lo que siento si no dijera lo que ahora siento. Me he dado cuenta de que siento... y me gusta sentir y me gusta sentirlo y me gusta decirlo a quien me parece importante decir lo que siento. Me he dado cuenta que para decírmelo, primero tengo que olvidarme un poco de una parte de mí... de esa que -por pensar- pretende entender y entiende lo que le conviene entender para no entender qué siento y qué me gusta sentir... y sentirlo y decirlo. Me he dado cuenta que una buena forma de deshacerme de esa parte de mí es jugar con las palabras para que parezca que no se entienden; romper su lógica y hacerlas ilegibles a la razón. y cerrar los ojos para rescatar la más nítida imagen de mí y sentir y decirlo al momento de sentirlo y no sentir, pensar y decirlo; sino sentirlo, decirlo y pensar ¿Pensar?  (para este momento la máquina de la razón está fuera de lugar) . Y sentir la intimidad del "conmigo mismo"... y sentir y decirlo. Y llenarm