Y la tinta fluye sola

Algunos comienzan a llenar el espacio vacío, confundiendo a la necesidad de romper el pánico escénico de la hoja en blanco.
Y la hoja en blanco se echa a perder al configurar efímeros trazos insignificantes... pero se reconcilia; ruptura y reconciliación, desastre y asunción.
Cómo le pesa el lomo al cuadernillo al que pertenece  la hoja ahora reconciliada.
El sentirse echado a perder por la tinta que fluye sobre ella... la perdona y se reconcilia.
Cómo le pesa al cómplice material de la tinta que se vierte; vertirse cuando ha echado a perder lo que tanto quiere y que ahora transita por la hoja ya reconciliada.
Transita por la vibración sonora, como campana danzante, del desahogo que ahora le cambia el semblante.
El ataque de la lanza fue directo y certero; certero y consciente. No puede mentirse, aunque se muestre renuente.
La letra fluye sola sin saber lo que digo...
Otro ser más, uno más, transita entre el pensamiento y la emoción; desgastando la ilusión y mermando al cuerpo que habita; por las movedizas arenas de la desilusión.
La actividad insiste en mostrarse -insana- y repica y replica como badajo de una campana.
No hay pretexto que valga, ni razón que lo explique y un espíritu vaga entre tanto repique.
Y entre repique y condolencia, su sonoro malestar no se convierte en canción, mas le parte la razón; saberse en concupiscencia.
Cómo le pesa al que escribe, escribir sin desazón; mas la tinta fluye sola y le sana el corazón.
No me dejes, vida mía, que me convierta en visión y que concluya en la vía, de este intento de canción.
Y la tinta fluye sola, por la brisa del papel; que me embriaga y me retorna, al retrato de mi ser.
El autor como en la hoja, que le manda la enseñanza; el consuelo reconcilia y devuelve la esperanza.
Y la hoja no se pierde, entre sin significados, pues se encuentra y reconcilia con el hombre apasionado.
Y la tinta fluye sola, como sola se ha encontrado; al saberse enamorado, en los brazos de mi Yola.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los días calurosos y soleados

19 1/2

La causalidad acercó sus mejillas