Me atraes mucho! - le dije
- ¿Te atraigo o te gusto? contestó con su mirada altiva, levantando la ceja y llenando el espacio con su sonrisa angelical. - Cuando alguien te gusta puedes reconocer la sedosidad de su cabello, la sensualidad de sus caderas, la hermosura de sus ojos, la majestuosidad de sus tetas y cosas así. El gusto, argumenté, radica en embelesarte con todo aquello que te parece bello de esa persona. - Cuando alguien te atrae, adicionalmente, tu mundo se vuelca dentro de tí. Te reconoces abierto y sensible a recibir el mundo. Sientes como si centenares de bichos y mariposas acabaran de nacer en tu estómago. Puedes percibir los claroscuros de la luz entre los árboles y escuchar el sutil cantar de las aves apenas perceptible por el ruido de la ciudad. Sientes calor y sientes frío, no importa el clima que haya o la temperatura del ambiente. El mundo (no solo tu mundo) se detiene; los autos se detienen, la gente se detiene, el humo del carbón del puesto de la esquina se detiene,