Un día comprenderás

Un día tú -y también tú- lo entenderás cuando leas esto.

Que la lluvia deslava la rutina hasta el punto de dejarte a flor de piel.
¡Que la caramañola está que se desborda con lo que cuento!
Un día comprenderás -tú y también tú- el viaje de un padre, transitando entre la gloria y el infierno.
Los momentos de alegría y diversión, las llamadas insistentemente intermitentes.
Las lágrimas de gozosa plenitud y también aquellas de nostalgia.
Las presencias plenas; las ausencias en va y ven.
Los instantes que nunca tenemos y también aquellos que -estando juntos- en plenitud vivimos.
La remera con la que transito, al instante, del sístole al diástole; así sin freno.
Las visitas esperadas, las llamadas requeridas; los frustrados encuentros imperiosos y los asesinos periodos de ausencia.
El amor que encuentra nicho en la convivencia y también en su lascivo opuesto por la falta de presencia.
La espeluznante y destructiva implosion de comprender que la vida no es vida si tú -ni tampoco tú- estás aquí… si yo -ni tampoco yo- estoy allí.
Está estúpida libertad que pierde el sentido cuando la distancia separa tu mirada -y también tu mirada- de la mía.
Esta desollante carrera de mantenerte a tí -y también de mantenerte a tí- presente en mi memoria; cada día más nebulosa y cada día más doliente.
La corrosiva idea de sabernos separados y también la bendita consciencia del fundamental reencuentro cada vez que nos pensamos.
Esta rutina de cada día elegir todos los mejores y solo los mejores momentos aún a costa de reconocer mi sombra.
Esta insensata experiencia de hacerme viejo sin verte crecer a tí, ni tampoco verte crecer a tí.
Un día comprenderás tú -y también comprenderás tú- que no tenemos idea de cómo vivir, hasta que elegimos vivirnos!

Miércoles 7 de Junio 2017 - 22:57

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