A tí, Amiga Mía

...te quisiera recordar

Esas noches, aquellos días en que solíamos jugar
todos juntos a las escondidas, disfrutando de las alegrías
que nos regaló un poquito de amistad.

Recuerdo con cierto detalle, que solíamos reñir
al recorrer los caminos de dulces juegos de niños:
cebollitas, los listones o el baseball.

Infantiles momentos llenos de felicidad,
compartimos varios cuentos de ilusión y soledad.

Mas recuerda, amiga mía, que jamás hubo agonía
por la escasa y tan ansiada libertad.

Qué decir de aquellas tardes en que nos oyó la ciudad
emitir nuestros cantares y en una cinta grabar
un absurdo radiocuento que nos permitió el momento
de ser grandes, inmortales, libres ya.

Y resulta, amiga mía, que llegó el tiempo de amar
de buscar feliz tu vía, de comenzar a intentar
el inicio de tu vida; el destino que hoy en día
ya es perpetuo, ya es eterno frente al altar.

Te deseo, amiga mía, gozo y felicidad
al lado de tu esposo y de los que vengan detrás
y cumplan con sus deberes de terrenales placeres
rozando la bella y breve eternidad.

Sentirás con muchas ganas la nostalgia de regresar
a estas tierras mexicanas que te han visto bautizar.

Mas te ruego, amiga mía, que jamás vuelvas la vista
a esta gente, a estas calles, a esta ciudad.

Ver en Tumblr

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los días calurosos y soleados

19 1/2

La causalidad acercó sus mejillas